La escencia...

Consideramos al relato de una experiencia de pesca con mosca, como algo extremadamente sensorial. Desde lo visual y literario, cada salida de pesca se expresa libre de egoísmos, despojados de los espejismos de las recetas y con la permanente e inefable búsqueda de lo bueno, lo puro y perfecto.

Pesco...




Pesco... porque me contó un viejo pescador de almas que la pesca, es un hacer de los hombres buenos. Y lo quiero ser.


Pesco porque me encuentro con Dios en cada recodo, en la paz, en la soledad, en el agua que corre y sólo se detiene para saciar mi sed. Para emborracharme de sueños.

Pesco como rebelión ante un mundo convulsionado, triste y mentiroso... que asfixia. Secándome la garganta con su odio y su hiel.  

Pesco lejos de todos, en lugares lindos, aunque no pesque. Muy lejos de lugares feos, donde pescan todos aunque pesque.

Pesco con uno o dos amigos. Eso es suficiente. Más... ahuyentarían la magia y los duendes, que me muestran muy temprano donde están las mejores truchas, para luego bañarse en los remansos y tomar sol en las correderas. 

Si…más de dos, rompen el silencio y no me permitirían sentir los sonidos del agua en cada piedra, o el salto de los peces mosqueando en los albores, o el trotar de las correderas en las veguitas, o el paso de los cauquenes nadando entre los juncos, o el chasquido de los besos de los sauces a las champas escondidos en su sombra.

Pesco sin competencia,  sin revancha, sin apuro, sin envidia…sin la necesidad de pescar.














Pesco porque en la naturaleza me encuentro con el Creador y me hace feliz. 

Pesco porque al finalizar la jornada el fuego, crepita tibio y perfumado, el asado es más sabroso, el vino es más rico y abundante y mis amigos más divertidos y puros.

No pesco para llenar mi bolso de peces,  sino para llenarlo de paisajes nuevos, para llenarlo del cariño de mis amigos, para llenarlo de paz, de encanto de duende.

Pesco para pescar el hombre bueno que tenemos adentro. Pesco para encontrarme conmigo mismo.

Pesco para encontrarme con Dios. END



Autor:Jorge Aguilar Rech.

Fotografía: Pablo Matthews/Jorge Aguilar Rech
Dedicado: A mis amigos y a ese amigo perdido del alma...
BROWN TROUT ARGENTINA
Copyright 2.010.
Reservados todos los derechos.

La Laguna del Diamante

Pescando en las Aguas de Babel.





Cual tierra de cien culturas...Babel de las lenguas, de las aguas. La Laguna del Diamante representa en mi mente, la de las cien practicas. Cabe en ellas fierro, carne y sangre corazón, y la desprolija cantidad de muerte. También las plumas.

Al viento... ofreceremos cada sacrificio, cada escama, y en agradecimiento y al perdón de  la Pacha Mama.

Templo lóbrego de la Fontinallis, decadente de alimento y de vida caníbal. Las imágenes de lo sacro y lo profano revolotean en nuestros corazones. Nos angustia.

Nos amarga la idea de pensar en que es a esas alturas ella... la Fontinallis, la única capaz de hacer vida.





También podes ver este corto en Youtube: http://www.youtube.com/watch?v=LdPPMCyH7vM
La noche. La noche, nos acobija en la partida. La llegada nos pone en primera fila del amanecer.  Las siluetas de las montañas se descubren a la luz. En la mente se guardan las imágenes de los recuerdos...el camino, las señales ...el canto de los pájaros.

Pescar en estas alturas es un desafío al alma. El altímetro nos mostraba los 3.200 m.s.n.m. El frío es intenso...y el viento no tiene piedad.  Buscábamos a las Fontinallis de Babel.

El ingreso a la Reserva de la Laguna del Diamante, fue puntual a las siete de la mañana. Después de presentar nuestros permisos y abonar la tasa correspondiente... el viento silbaba sin pausa en nuestro ansioso camino. La puna se hacia sentir en la Passport V6, la que apenas podía tomar el aire necesario para subir al punto mas alto del camino registrado a unos 3.600 m.s.n.m..

Disfrazada de espejismo aparece la laguna. Azul...comprensible como un ojo de cielo en la tierra yerma. 
Al Oeste las morenas nos da alojo a la travesía. Aquí en el playón de las morenas una visión de carpas, trapos y tiendas, nos pone en situación. Llegamos a la profana. Ya no hay nada sacro por estas aguas... pensábamos. 

Eran las 8:30 AM, y el viento corre al este implacable.  El veril lejano promete... y cumple apenas. Al superar los 18 metros, mosca que profundizaba, era captura. Mi vara # 4 de 9 pies, lanzaba una Scientific Anglers Wet Tip Express de 150 que se iba al lecho de musgo y algas. Entre éstos dormían las Fontinallis. En un arruyo de 1º C del que no despertarían .Solo los mínimos movimientos de la Orange Marabu las hacia tomar por irritación pura.

Se sumaban las capturas pero venían a nosotros, lastimadas, mordidas por el cruel canibalismo. Los tamaños no descendían de los 40 centímetros y no estaban escuálidas como en temporadas anteriores. Las peleas no eran fuertes.

Las horas pasaron y hacían que los resultados magros nos devolvieran al pedregullo volcánico de la costa. El regreso fue celebrado por el incomparable corte de novillito a las brasas robadas. Y un cocinero que con sus atenciones y buen gusto culinario se destaco, el hombre de campo Gustavito Montoya. Siempre atento y al convide celebrábamos el estar ahí pescando entre amigos.

Así cansados por la puna... y satisfechos en el cuerpo, decidimos tomar el espejo por el este. Rumbo al Paramillos. Arroyo que llega por el este y congrega como es habitual a las truchas en su entorno.

El viento nos ataca fuerte, superando lo 85 km por hora  y hace morir a las olas del espejo que  complicaban el vadeo.

Preparados, enfrentábamos al gigante que silbaba fuerte en los oídos. Los cast eran muy difíciles de producir. Pero aprovechábamos la energía misma del viento y así podíamos atinar algunos metros. 

Las respuestas en el Paramillos, fueron numerosas. Usábamos las mismas lineas de hundimiento y un trabajo muy lento en lo profundo. Gustavo Montoya ata una mosca de su invención... la Lagunator.  La que nos comienza a otorgar grandiosos resultados. Germán cerca de la junta supera las expectativas y su vara es premiada con cuantiosas escamas. Su patrón preponderante fue la Bichon Fly y Wolly Bugger Negra y Roja.

El músculo nos deja. La mente se convence que la jornada no era mas que eso. Plagada de Double Haul´s,  y vadeos complejos que luchaban con olas de 80 centímetros taladrantes al físico.
La temperatura punzaba mis húmedos brazos y el telón del día se tendía entre el sol que no se animaba a calentar.

El crujir de las piedras de la rampa del Paramillos ponía un mantra de sueño y cansancio a la marcha.

Federico y Guillermo Monserrat, habían tomado otros rumbos... el río. el que en su amabilidad y nobleza, les había permitido trabajar ninfas y secas. Temiendo excelentes resultados  

Desde la Playa del Paramillos, calentando el aliento con un café veíamos como el Diamante se disfrazaba de mar y sus truchas recién se despertaban. END


Autor: Jorge Aguilar Rech
Edición: Jorge Aguilar Rech
Fotografía: Jorge Aguilar Rech/Luis Soria/Gustavo Montoya/Federico Monserrat.
Equipo: Jorge Aguilar Rech, Luis Soria, Gustavo Montoya, Germán Fernandez, Nicolas Aguilar Rech, Gonzalo Mella, Federico Monserrat, Guillermo Monserrat.
BROWN TROUT ARGENTINA.
Copyright 2.010.Todos los derechos reservados.
http://www.youtube.com/watch?v=LdPPMCyH7vM

Una navidad en el río


Estas fiestas tan especiales para la humanidad toda, los amigos que hacemos BROWN TROUT ARGENTINA, tenemos  la firme intención de vivirlas a pleno. Plenitud que la encontramos en donde mas nos gusta...el río. 

El río que nos colma y es en sí... tan parecido a la vida. El río que representa una postura tomada para con la vida misma.

Esta Noche Buena, entre los que amamos, los que están, los que ya no; entre amigos, o...los no tanto; entre recuerdos penosos y alegrías vividas; se colme nuestra alma de amor, recogimiento, alegría y felicidad...por lo bueno que es vivir pescando con mosca.

Feliz Navidad hermanos... Estarán todos en el brindis de medianoche.

Edición: Jorge Aguilar Rech.

Tras las hijas de Los Gigantes

Levanto la mirada... se me imponen en el horizonte, recostados sobre la tierra, su esencia pétrea de roca y granito. 

Los colosos descansan dormidos a 2.200 m.s.n.m., y sobre ellos el agua de los ríos cordobeses con su tinte al mejor estilo del te ingles, entre algas y rocas. Ellas... salvajes arco iris, de reflejos dorados. Más profundo en el vientre del lecho, numerosos insectos que advierten la pureza de estas aguas, cálidas y  de las mas calmas que he visto. 


Apenas el canto del río se siente. La tranquilidad lo caracteriza casi en todo su recorrido. Quizás tan solo, no quiere despertar al gigante dormido que lo abraza.

El 27 de Noviembre, después de una semana agotadora en la Provincia de Córdoba, me reúno con un conocido guía de la zona. Ernesto Mazolo, dueño del Córdoba Fly Shop, instructor de lanzamiento y atado, pero sobre todo una excelente persona. Con él, partimos ese mismo día desde la capital mediterránea, hasta la localidad de Tanti, en donde nos sumergimos en las sierras unos 70 km aproximadamente. 


En el horizonte dormían... dormían Los Gigantes. En lo lejos, la tranquilidad de un río me impacientaba. Me impacientaba el llegar a él. 

Aguas más que lentas, aguas chatas. Podría decirse... un solo flat que, recorría la roca desnuda. Recuerdo de te ingles.


-Las condiciones eran buenas-,  me comentaba Ernesto, pero... era un río difícil, que requería suavidad y incógnito... camuflaje de ambiente. 

Los primeros intentos, no fueron los deseados. No lograba entrar en armonía, en vibración. Luego... después de no dejarme intimidar por el paisaje, entre en conexión.


Estiré un poco mi tippett, lo afine y ate una hormiga en anzuelo #18, con alas blancas. Ya que los contrastes no me dejaban ver a la mosca. Teniendo en cuenta a la vez,  que días antes había visto muchas así.


Me arriesgue y tuve resultado. Cuando el río parecía tornarse aún más calmo, el silencio se rompía por el salto vivo, de la Arco Iris en hatch. Toda calma se perdía y desde lo alto, entre las rocas escondido, al igual que en mi querido San Luis,  observaba las subidas, todas en splash. Lo que me advertían: - una eclosión de Caddis. La respuesta fue inmediata, una inminente Caddis Emergente me traería varias capturas. Entre ellas, un hermoso salmónido de unos 40 cm de largo.


Es muy importante, leer correctamente a la naturaleza. 


Las Caddis se posaban en la roca gris, no podía dejar pasar la oportunidad de usar mis Caddis de CDC. 

El primer intento fue,  a pez visto, mi guía me advierte, la subida de una trucha en una pequeña corredera detrás de una roca parcialmente sumergida. Observamos juntos y así fue, una hermosa Arco Iris, subía por las adultas de Caddis.


Coloque mi mosca con un pro activo y la observe derivar 1,5 metros hasta el campo visual del pez. Finalmente en una subida recta...el reflejo dorado, y un ataque que sin dudas, hace la felicidad;  por más que después de unos saltos ese pez se soltara.


Una y otra subida, que reforzaban mi felicidad, por un lado de pescar en estas tierras, por otro... de tener un nuevo amigo y finalmente por pescar interpretando, observando con detalles, paso a paso... por un río que parece no querer despertar al gigante dormido. Volveremos por él. END

Fotografía: Sebastian Pagano y Ernesto Mazolo
Edición: Jorge Aguilar Rech
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Pescando el Río Blanco.

La pesca en ríos de altura, es una aventura compleja. Requiere logística, esfuerzo físico y psíquico y reviste en este caso al menos una gran incertidumbre. Desde el punto extremo de la altura, el emplazamiento, el viento implacable y los eventos meteorológicos que en su cuenca, surten efectos perturbadores sobre su cauce. 

En las vías abandonadas y semi cubiertas de polvo de granito,  parecen sentirse voces de pasajeros del Trasandino.


Un paisaje a veces surrealista...envuelve este destino, repleto de elementos y desafíos. 

El Río Blanco se enturbia repentinamente... poniéndolo en sus aguas inpescables, saturandolas de verde vermiculita.
Al acercarnos al furioso Río Mendoza, el  cruce del Puente de Hierro, nos conmociona...cuando el viento nos pone freno a los ímpetus de pescador. Nos intenta marear, nos ruge y distrae.Se hace difícil poner el pie en el durmiente. 

Nos daba descanso al cruzarlo...un corto playón de arena granítica. Pero nos enfrentábamos a la cuesta de áridos mas larga aun que el puente mismo. La cuesta determinantes se sube, con un cable de acero, de mas de cien metros.  Dos horas de trekking por la traza férrea...nos separaba del río. Al llegar al mismo, armamos los equipos entre suspiros de alivio e intentando pausar la exigencia. Sin pausa...revisamos algunas piedras encontrando algunas mayflies

No se porque las horas pasaban raudas. Cinco horas habían pasado desde nuestra partida de la Ciudad de Mendoza.




Diego Gonzalez, nuestro querido Diegote, armo la flamante vara  Aguas Claras, trabajando algunas ninfas lastradas y strike indicator. Siguió la estrategia Mariano Parlade y Claudio Soria El sol asomaba por ratos...la lluvia  salpicaba nuestras caras con frecuencia extraña.


Así...entre brillos y tonos grises; entre brizas de montaña, Diego y Mariano lograron cuatro capturas antes del medio día.
En el  cenit del día nos paramos a comer. Entre charlas y cambio de estrategias, decido armar mi linea para secas con líder torcionados de poliester marca Duck de 6 pies y terminado en un tippet 5x fluorocarbon.


Ya mejor el clima, el sol nos aumentaba el termómetro para abrir el show del hatch. Caminamos unos minutos y atamos una  Grass Hopper Parachute Blanco. 
La tasa de captura era de un 10 a 9.


La tarde avanza entre las montañas y nos cerraba las puertas de la jornada al llagar las 17:00 horas. 

En el camino dejamos dibujado con piedras una trucha...para  indicar el territorio mosquero. Sus autores...Diego y Mariano ya habían pasado por ahí. La vuelta, igualmente dura, se minimizaba por el atenuante de la buenas truchas obtenidas y la modalidad en las que tomaron.

Un gran desafío al cuerpo, a la voluntad y resistencia. Premiado por las escamas de nuestras capturas.END




Autor: Luis Soria.
Edición: Jorge Aguilar Rech.
Fotografías: Luis Soria, Diego Gonzalez, Claudio Soria y Mariano Parlade.
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Las Arco Iris de las Sierras


En busca de los Titanes.


Un buen día de pesca....se presiente. Todo indicaba que nos esperaría una buena jornada junto al río. Ese día...partimos bien temprano, colmadas las almas de expectativas, con un marco de una mañana fresca, llena de aire puro  y un cielo diáfano.

Tras recorrer algunos kilómetros en la ruta Puntana de verdes secos, nos adentrabamos por la Quebrada del Zapallar, en las aguas de su vientre. Acompañados de un  mate noble con infaltables medialunas, llegamos a destino. El clima no era distinto de cuando salimos y,  el río... se presentaba con cualidades ideales, por sus condiciones de hidráulicas y  térmicas.

Víctor prepara su equipo, su vara Temple Fork Outfitter # 5, que trabajaría con linea de hundimiento. La mosca que comensaría la jornada, sería era una Dragon en alambre 8. 

Dario... con su caña Rise # 5, seguiría en las profundidades, con hundimiento. Las plumas de patrón Woolly Bugger negra en alambre # 10. 

Ya en el río y efectuando los primeros cast, no detonaban a los salmónidos  y...  tras cambiar distintas moscas ya los desánimos empezaron a aparecer a rondar al grupo.

En ese momento Dario logra avistar un pequeño juvenil de Pejerrey que nadaba ocasionalmente por la zona. Al comentarlo, Víctor ata a su leader una mosca que imitaba perfectamente al pequeño Pejerrey y realiza el lance dejando pasar la linea por debajo de una gran roca que se situaba en la costa de enfrente.  Dejándola profundizar unos cuantos segundos. En ese momento es cuando se estremece la piel y los equipos se exigen al máximo, un gran ejemplar se había prendido y la lucha acaba de comenzar. Víctor, con un grito de alegría mezclado de furor y otras tantas sensaciones que solo los pescadores entendemos, nos alertaba de que se trataba de un gran pez. 

De inmediato Darío... busca en su caja otra mosca que imitara al pequeño Pejerrey, mientras los ponía presto en su tippet. Observaba como su amigo llevaba la lucha y que después de unos cuantos minutos logra arrimar al gran ejemplar a la orilla. La brevedad de la  foto, deja volver al gran pez al agua y recupera su aliento. 

Darío comienza sus lances después de ayudar al amigo, y logra un buen pique en un profundo de pozón que no se hizo esperar, el cual tendría también un buen porte. Su lucha nada tenia que envidiar a la anterior, otra gran batalla había comenzado y luego de unos cuantos minutos también el pez regreso al río.

La mañana se convertía en el nirvana. Con capturas tras capturas.

El medio día llegó y la temperatura comenzó a subir. Los piques se habían cortado, entonces probaron con otras moscas, Prince, Bitch Creek, Caddis Nymph entre otras, pero no hubo repuestas. 

Satisfechos con las capturas obtenidas, los dos amigos retornaron a la cercana ciudad, llenos de alegría por la calidad y la cantidad de capturas.

El bondadoso río, nos regalaba un puñado de experiencias nuevas... irrepetibles e irreemplazables. Que por mas que volvamos cientos de veces cada una de ellas no se compara con la otra. No se pueden olvidar jamas.END


Autor: Gonzalo Sierra.
Fotografías: Víctor Picca y Darío Ortíz.
Edición: Jorge Aguilar Rech.
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Varvarco. Donde el Agua murmura.


Estábamos en camino Varvar Co, el Miércoles 9 de Noviembre de 2.010, a las 20:17 P.M. Con mucho entusiasmo,  partimos hacia Neuquén, República Argentina, con toda la adrenalina y el espíritu lleno de felicidad. Sensación que siempre nos acompaña al comienzo de cada salida de pesca.

Algunos asados de por medio, fueron  definiendo la fecha de salida, la logística, la movilidad  y las dos etapas de salida del  grupo.  Uno saldría el día 9 a última hora de la tarde, y en el otro lo haría el día Miércoles 10, en hora similar.

Viajamos toda la noche, estimulados por el sueño de la pesca, las truchas y por los mates amargos…, fieles compañeros de viaje y testigos de miles de historias.  A las cuatro de la mañana, nos recibe durmiendo Chos Mallal. Oportunidad en la que aprovisionamos combustible a fin de emprender la escalada hacia las lagunas.

Pasando por el pueblo que lleva el nombre de las lagunas...ya  a las siete de la mañana, y con el sol mostrándonos las bellezas paisajísticas que  Neuquén siempre ofrece.



fríoLlegamos al paso del río, donde se encuentra el destacamento de Gendarmería. Un café no ayudaba a hacer frente al sueño y al frío . Así de repuestos... comenzamos la última remontada hasta el destino.

El viaje es,  idealmente aconsejable realizarlo en vehículos 4x4 pero, no quiere decir que no se pueda llegar en vehículos 4x2, dado que hay que pasar más de veinte vados de los cuales tres o cuatros superan holgadamente los cuarenta centímetros.

El camino se encontraba bueno, pero no óptimo, ya que fuimos los primeros en llegar en la temporada y  gracias a que, Vialidad Nacional, estaba terminando de repasar el camino tuvimos que acampar en Varvarco Campos. 

Al otro día...  el camino estaba habilitado. Llegaron también los Guardaparques quienes tienen el refugio en esa laguna.

Nuestro equipo, se encontraba formado por nueve pescadores. Por ello realizábamos la división de destinos de pesca y nos separábamos en grupos: algunos hacíamos flotada en la laguna, otros pescaban el río, el arroyo o la lagunas aledañas.



Con esta estrategia, todos tuvimos la oportunidad de conocer cada sector de este pesquero sureño. El clima en todos los días fue benevolente. El sol nos acompañó a pleno y el aliento del viento fue moderado. La calidad y transparencia de las aguas, nos emplazaba ante un sueño.  La temperatura del agua rondaba los 10 Cº. 

La población de truchas, se encuentra conformada, en su gran mayoría, por Arco Iris y  algunas Marrones de gran porte. 


El estadio de las primeras se encontraba terminando la época de desove, por lo cual no todos los salmónidos se encontraban activos en el río o en el arroyo, pero estábamos seguros, que en unos días más demostrarían toda la fuerza y vitalidad entregada por sus pares en las lagunas.


Entomológicamente hablando, después de hacer algunas observaciones, concluímos que existía una gran población de Massartas en tamaños entre los 12 y 15 mm., en menor medida algunas Stone’s y Cangrejos de agua dulce.

La plumas de las lagunas fueron streamers de toda clase.


En mi caso particular use la  Amka Kaha bien lastrada, Woolly Bugger Bead Head Black o White, Zonker, Rabbit, Mickey Finn, Royal Coachman Bucktail, Light Spruce, Big Hole Demon y Matuka´s entre otras decenas.  Sin dejar de usar mi Bagrecito Marrón Claro que nunca falla.

En el arroyo usamos ninfas, y principalmente algunas Massarta Benito, Pérez Destroyer, Freedom Stone, Stone Black o Gold,  Prince, Brassie, Pheansant Tail, Hare´s Ear, Soft Hackle, Zug Bug, y Cooper John.  Sin dejar también de probar con algunas secas después de ver algunas tomadas en superficie que en mi caso use Stimulator Gold o Black con cabeza naranjas.

La camaradería estuvo siempre de manifiesto en todos los amigos de la salida, haciendo esto de un disfrute permanente.


Todos tuvimos oportunidad de pelear con alguna Arco Iris de gran porte. O tal vez, ellas nos dieron ese privilegio. END


Autor: Gustavo Montoya
Edición: Jorge Aguilar Rech
Fotografía: Gentileza de Hugo Spano, Edgardo Fretes y Gustavo Montoya.
Team: Gustavo Montoya, Alejandro Campanello, Hector Peralta, Hugo Spano,Edgardo Fretes,Alejandro Furlotti, Fernado Barugel, Carlos Scifo, Horacio Gilli.
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Pensamietos junto al rio.


Caminando por las plateadas ancas del río, solo... más solo que nuca. Respirando cada centímetro cubico de aire, pretendiendo aprender cada secreto. Escuchando cada susurro del viento que me cuenta historias de truchas... entro en un mantra... me conecto.

Esa umbilical alianza con el río me da respuestas de madre. Esas respuestas que busco desde niño. Y que solo ella,  me las  da. Me consuela....me comprende y me pone en eje. Ella me arrulla.

La claridad del pensamiento entonces se festeja con  una trucha temblorosa en mi vara, con el brindis del vino sano y honesto, con los amigos. Hermanos que el río mismo, me dio.

Me doy cuenta así que ya no estoy solo y que la trucha es solo un instante mas... un eterno sueño de felicidad.END



Autor: Jorge Aguilar Rech
Fotografía: FB

Edición: Jorge Aguilar Rech


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Abriendo Ríos en la Patagonia.

Pescando el Malleo.

Temprano a la mañana, salimos de Puntana sierra de San Luis, centro de la República Argentina,  hacia un lugar ya conocido por nosotros... La Patagonia. Tierra argenta, llena de magia, historias, y enigmas de la naturaleza. Cuadros silbados por el viento y magia Pehuenche.

Antes pasamos por la Provincia buena de Mendoza, en busca de algunos vinos y el pescador faltante del grupo, Gustavo Strittmatter.  En nuestras mentes y corazón... acunábamos la esperanza de  tener los mismo resultados de la temporada pasada; una temporada increíble.

Camino al sur nos recibe de a poco la montaña Patagónica. Montaña que parece cortada por el cielo puro de Dios. Luego de estirar varias veces las piernas, el primer lugar de pesca, donde calmamos la ansiedad, fue Piedra del Águila.  Nos soplaba en la cara un fuerte viento, el cual le cantaba a las rústicas Percas, que a lo largo de dos días, nos colmaron los copos. Pero el destino y la brújula, nos tenia marcado el  legendario Junín de los Andes. 

Ciudad de Trucha, llena de historias en cada rincón. Caminar por ahí es increíble. Cuando se mira la gente, es como mirar a un amigo y, que cada uno de ellos guarda una historia de pesca. Junín nos recibe, con algunas lluvias. Enturbiando las aguas de sus ríos.

Pusimos el objetivo en el Río Malleo. Paradógicamente a su caudal hinchado,  logramos capturas con Prince. Las Arco Iris , rondaron 45cm y salieron casi en su totalidad de la pinta. Pero alguna increíbles Marrones de buen tamaño sorprendieron a Víctor. Lo pescamos en la boca, arriba y en su curso medio. 

Los días pasan y con ellos el clima iba mejorando. Las nubes se corrían y el buen tiempo nos daba el segundo río a pescar. El Chimehuin nos dio sus frutos salmónidos, con Truchas Arco Iris que rondaron los 1.500 gramos.

Si bien el primer día en el Malleo lo tomamos en su parte media, el buen tiempo nos alentó a buscarlo en la boca. Así los tres nos dirigimos al Lago Tromen. Buscando la boca. Su aliento era violento y se traducía en viento constante. Esto... dificulto y condicionó el casteo. La actividad era escasa pero, nos dio capturas de gran calidad, tentadas con Fuzzy Wuzzy Blancas.

El ultimo días partimos Malleo abajo. A pocos kilómetros de la desembocadura con el Alumine.

El río parecía despedirse. Nos regalo un prodigio... no hubo viento y las aguas mucho mas claras. Nos dió eclosiones... con una de rises increíbles.

Los equipos utilizados fueron varas de  #2 y #3 con tippet 4x.   Las moscas secas como las Caddis, Humpy, Stimulator, Adams, Royal Coachman.END 





Autor: Gastón Viapiana.
Edición: Jorge Aguilar Rech.
Fotografías: Gastón y Víctor Viapiana/ Gustavo Strittmatter.
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Lenguados con Mosca.

Pescando en la Isla del Jabalí.




Me inicié en la pesca con mosca, por culpa de los lenguados. En un viaje a la Bahía de San Blas, Buenos Aires, Argentina,  me encontré con quien sería mi mentor en la pesca con mosca, Manfred Relling un gran pescador de pesca con mosca que vive en la Bahía. Me encontré con él, evidentemente, porque ya estaba listo para iniciarme en esta modalidad. 

Era el pescador raro de mi grupo de pesca, compraba señuelos mientras mis amigos llenaban sus heladeras con carnada fresca, devolvía las presas mientras mis amigos llenaban sus tachos de capturas. En fin, el momento había llegado debía migrar de modalidad y allí estaba Manfred para asesorarme. Recuerdo que al conocerlo y nombrarle a la especie, no pudo parar de hablar y la conversación se prolongó por dos horas en medio de un negocio de pesca. La pasión con la que este hombre me habló de la pesca. Me atrajo al punto que, al llegar a San Luis compré mi primer equipo de pesca con mosca. 

Recién casi dos años más tarde pude utilizar aquél equipo para pescar “lenguados con mosca”. La cita se dio a las 10,30 de la mañana, Manfred me buscó en la cabaña en la que estaba alojado y salimos al lugar donde encontraríamos a estos peces. Lo primero, ya que nos habíamos adelantado en el tiempo, fue leer el lugar. La lectura, el estudio, la observación son características fundamentales en la pesca con mosca sin distinguir especie. 


La pesca la íbamos a realizar en una ría, un brazo del mar que entra por crecer la marea y se prolonga por varios kilómetros de extensión hasta que la subida no le permite ganar más territorio. Curiosamente esta subida,  termina formando un río de agua salada. Recuerdo cuando pequeño... en la playa formaba un canal con la palita de plástico para que las olas depositaran sus aguas en ese canal que yo mismo había construido. Esto que les relato es similar a aquello, con la diferencia que se forma por la misma fuerza del mar en su crecida y en la constante búsqueda de depositar sus aguas en tierra que lo contenga. 

Cruzamos la ría y comenzó la clase.  Lo primero que hizo Manfred fue observar el tono del agua, estaba tan clara como algún lugar tropical, esto hizo que Manfred pensara bastante. El agua tan clara delata hasta el más mínimo detalle de las moscas, y los lenguados son muy buenos observadores y críticos de su alimento. El agua clara era un punto en contra. Fuimos en busca de las camas que habían dejado los peces en la marea anterior. Esta especie se caracteriza, entre otras cosas, por ser sumamente territoriales. En aquél lugar existen dos brazos que forma la marea al subir, uno angosto y otro más ancho. El brazo angosto es ocupado por los lenguados en la marea más alta del día . Es aquella que trae más fuerza y genera mayor profundidad. Y el brazo más ancho lo dejan para la marea más suave del día. Esto demuestra otra característica de los lenguados, son movilizados por la lógica. Un brazo más ancho, con marea más alta, con aguas más rápidas genera un esfuerzo mayor en la caza, por lo tanto se ubican en el brazo más angosto. Y aquél es el que se debe leer previo a la segunda marea del día. 


Las camas, son los lugares que ocupan los lenguados para cazar. Es un pez que caza verticalmente, reposado en el lecho del mar puede camuflarse con el fondo sin ser percibido.  Esta es su táctica mientras que su técnica es generar un rápido desplazamiento vertical al ver pasar por delante suyo su presa, atacándola ferozmente y generando ese desplazamiento vertical.  Acomodándose en el lugar exacto que había elegido para su cacería, velozmente para degustar su captura. Es increíble la velocidad con la que cazan estos peces y lo más asombroso es la capacidad de volver al lugar exacto donde está ubicada su cama.


El pronóstico fue alentador;  había un punto que no nos favorecía, pero en la vida una es de cal y la otra de arena… habían muchas y algunas muy grandes camas. Cuando digo muchas, eran muchas en serio, una tras otra, y algunas de hasta 65cm. Un lenguado de 65 cm. y de la profundidad que tenía esa cama nos auguraba un peso de entre 12 y 17 kilos.


La ansiedad hizo que rápidamente nos ubicáramos en el pool pescaríamos más tarde, el brazo más ancho de la ría. Manfred me dio detalles técnicos en el cast que habría que realizar y en la forma de recoger la línea. El cast es profundo, haciendo chasquear la mosca en el agua al depositarla realizando un mend corriente arriba para generar la deriva correspondiente de la mosca. El chasquido es para llamar la atención de los lenguados y avisarles que deben observar. La forma de recoger es con tirones suaves y más o menos prolongados, generando que la mosca nade de 15cm a 30cm por tirón. Esto imita perfectamente el nado de contra corriente de un alevino de pejerrey. Hice unos tiros para practicar la técnica y nos ubicamos.  Manfred sobre la costa de la ría y yo frente a él dentro del agua.  

La línea que utilicé fue una  WF6 F/S Sinking II, leader de 9 pies cortado a la mitad y 0,80cm de tipet 0x, até una mosca denominada Pejerrey Chivo y otra mosca que a diferencia de aquella carece de cachetitos y su cuerpo es más flaco. Además tenía las clásicas Deceiver en celeste-blanco, blano-negro. Las Deceiver las até en anzuelos 2/0 de pata corta y las Pejerrey Chivo y su modificación en anzuelos 12 de pata larga. Até como primera mosca un Pejerrey Chivo.

Al cruzar la ría, los lenguados bullían por entre mis pies. La cantidad era considerable y los tamaños, medianos. El pronóstico era muy bueno, sólo quedaba que tomaran las moscas.

En mi tercer cast realizo un cambio, en vez de recoger luego de que la mosca derivara, le doy línea para hacer un recorrido más largo y traerla en línea recta contra corriente hacia mí. En cuanto considero que la cantidad de línea es suficiente y comienzo la recogida, se frena mi línea y al intentar ejercer un poco más de fuerza un lenguado me sorprende llevándose la línea de mi mano. Clavo con fuerza como me había indicado Manfred, el lenguado tiene una boca ósea muy dura, mi primer captura se había hecho realidad y la pelea había comenzado.


El lenguado actúa de dos formas al ser pescado, comienza la pelea desde el primer momento yendo a favor de la corriente para ganar profundidad e intentar soltarse ó espera a estar a 30cm. del pescador, mirarlo y cuando éste se confía de haberlo capturado se dispara con una velocidad impresionante. En mi caso, mi primer lenguado hizo las dos. Cuando logré acercarlo a la orilla para que Manfred me indicara como manipularlo, considerado que tiene un boca muy peligrosa, una cadena de dientes muy afilados y  si no se manipula bien se corren grandes riesgos de ser mordido gravemente. 


Luego de la foto, mosca fuera de su boca, lenguado liberado. La Pejerrey Chivo me dio dos capturas y su modificación una captura. En total tuve tres capturas esa tarde. Cuando la marea termina de subir y llega a su punto más alto, los lenguados desaparecen, su hora de cazar y alimentarse concluye. Nuestra pesca concluyó junto con la culminación de su jornada.

La ría... había premiado la elección que había hecho hacía casi dos años, sabiendo que los peces que se clavarían en mi mosca, volverían ilesos a su hábitat, me dejó practicar el hobby que de a poco, se hace pasión en mí. END


Autor: Pablo Giménez.

Edición: Jorge Aguilar Rech.
Fotos: Manfred Relling – Pablo Giménez . 
Fuentes: Pablo Giménez – Manfred Relling 
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