La escencia...

Consideramos al relato de una experiencia de pesca con mosca, como algo extremadamente sensorial. Desde lo visual y literario, cada salida de pesca se expresa libre de egoísmos, despojados de los espejismos de las recetas y con la permanente e inefable búsqueda de lo bueno, lo puro y perfecto.

Valle Hermoso. Plan B.


Entre las historias de esta temporada pasada, una de las más recordadas es la experiencia de pesca  vivida al final  de abril en el Valle Hermoso, Departamento de Malargue, Mendoza, Argentina.

Habíamos arribado al Valle una tarde temprana. A la lejanía se divisaba el Río Tordillo totalmente gris.


El ánimo del grupo sufrió un revés. Buscamos un lugar a orillas de un arroyito y armamos el campamento. Esa noche  hicimos un asado y nos acostamos. hablando que alternativas teníamos si el río venia turbio ya que la pesca sería complicada.

Al otro día, nos levantamos temprano, desayunamos y hablamos con un puestero que estaba en la veranada,  el puestero nos dijo que antes de ayer hubo una tormenta en Alta Cordillera por lo que los ríos venían turbios.


Nos dirigimos a la junta del Río Tordillo con el Cobre para ver si alguno de los dos venia claro. Al llegar a la junta de los dos ríos vimos que ambos venían totalmente turbios. Ahí mismo discutimos las variables a adoptar. Por fortuna... antes de viajar, había bajado unas imágenes satelitales del sector a mi celular. Ahí mismo me puse a investigar, cuando me di cuenta que existían varios arroyos que aportan sus aguas al Río Cobre y al Grande.


Convencí al grupo a que fuéramos investigar sin dar expectativas de éxito. Nos dirigimos a un Arroyo que queda aproximadamente a 2 horas de caminata. Cuando llegamos... el arroyo se encontraba totalmente prístino. Esta condición si bien era una excelente noticia, al estar tan clara el agua las truchas nos veían desde muy lejos. Tratamos de hacer lances largos con tippet 6x y ninfas con indicador de pique. Recorrimos un tramo con pozos y correderas, Fue una jornada muy fructífera con truchas Arco Iris de 300 gr muy agresivas con poca presión de pesca.


Al otro día, después de caminar tanto el día anterior decidimos buscar algún arroyo mas cercano al campamento, ya que el Río Grande seguía muy turbio.


Encontramos un arroyito que es cortado por uno de los vados del camino y nos internamos hacia la montaña, al poco andar, ya empezamos a ver actividad en superficie. Decidimos tirar una imitación de terrestres. Lo difícil era embocarle al arroyito que no tenia mas de 1.5 m de ancho con muchas lamas… en definitiva debíamos colocar la imitación de saltamontes en un hilo de agua de no mas de 60 cm desde 8 metros de distancia.


Tiro que podíamos presentar en dicho hilo de agua teníamos éxito con piques.

En definitiva, es bueno tener un panorama del lugar que uno visita, llevar si es posible equipos diferentes...  para tener  chances, si no se dan las condiciones que uno esperaba del pesquero.


Un viaje de pesca es una aventura. Por eso nunca hay que tomarlo como un tramite y siempre tener un plan B. Ya que lo importante es el viaje, compartir con los compañeros de pesca, explorar lugares nuevos y por ultimo tener un pez al extremo de la línea. Para mí el éxito de un viaje de pesca no se mide en cantidad de peces, sino en vivencias adquiridas. END

Autor: Anibal Espronceda 
Fotografía: Anibal Espronceda
Edicion: Jorge Aguilar Rech
BROWN TROUT ARGENTINA
Copyright 2019
Todos los Derechos Reservados


Aquellos que siguen pescando con nosotros.

No hace mucho tiempo, hará cosa de dos años, nos dispusimos a hacer una salida de pesca por el día, el destino no era muy importante, cualquiera de ustedes comprenderá que eso suele suceder cuando la esencia de la salida es la experiencia compartida y no la pesca en sí. La organización era sencilla, un vehículo, tres pescadores, un sector de arroyo de no más de 2 o 3 kilómetros y unos choripanes para el almuerzo. Hasta acá nada fuera de lo habitual.


Ya en la víspera de la salida los preparativos no presentaban mayor dificultad, una mochila con lo necesario, la caña, un pinche para los chorizos, pan y el tanque lleno de la camioneta. Me levante temprano y luego de pegarme una ducha, mientras me tomaba un café, iba repasando todo mentalmente a fin de no olvidarme nada, pase a buscar a Cristian y nos dirigimos a Uspallata al encuentro de Agustín. 


Nuestro destino era un arroyo de la zona, lo conocíamos bien y habíamos estado en contacto durante la semana por lo que sabíamos que nos iba a acompañar el buen clima durante la jornada. Luego de recoger a Agustín llegamos a nuestro destino e inmediatamente comenzamos a preparar nuestras cañas y mochilas de marcha mientras nos poníamos al día ya que hacía varias semanas que no nos veíamos ni conversábamos con la tranquilidad de quien se sabe con tiempo.
  

Sinceramente no tengo un vívido recuerdo de la pesca de ese día, no podría yo decir si las capturas fueron buenas o fueron muchas, solo puedo describir esa sensación de plenitud y felicidad que se experimenta al estar con amigos en paz, en un lugar sin ruido, en un lugar sin tiempo, en un lugar donde se puede escuchar lo que uno piensa y bajar las revoluciones mentales que nos aturden.

Terminamos el día y luego de unos choris cargamos todo a la camioneta y emprendimos el regreso, charlamos los tres un poco más y dejamos a primero a Agustín entre despedidas y planes para la próxima salida.

Trece días después, un lunes a la mañana, recibía una llamada diciéndome que Agustín había fallecido en un accidente de tránsito. No hubo nada que me hubiera podido advertir o preparar para ese momento. Uno nunca piensa en ese tipo de cosas, uno nunca espera que las personas excepcionales que nos rodean se vayan de un día para el otro, uno no acepta la irreversibilidad de ciertas cosas.


Tarde muchos meses en volver a empuñar una caña. No me pregunten por que, era solo una enorme tristeza, un agujero pesado en el pecho, una negación infantil que me mantenía alejado de aquellos lugares en los que en mis recuerdos estaba mi amigo.

Eventualmente volví a caminar la vera de un arroyo y me encontré divagando y pensando en Agustín, maldiciendo por su ausencia sintiéndolo presente y eso me llevo a entender como en nuestra vida nos acompañan los ausentes. Es así como en la inmensidad de la montaña, en la soledad del pescador, en el silencio a gritos de la naturaleza, siento a mi amigo ausente cerca, y mucho más cuando pesco. END

Autor: Pablo Borel
Fotografía: Pablo Borel
Edicion: Jorge Aguilar Rech
Todos los Derechos Reservados
BROWN TROUT ARGENTINA
Copyright 2019