La escencia...

Consideramos al relato de una experiencia de pesca con mosca, como algo extremadamente sensorial. Desde lo visual y literario, cada salida de pesca se expresa libre de egoísmos, despojados de los espejismos de las recetas y con la permanente e inefable búsqueda de lo bueno, lo puro y perfecto.

Los arroyos del silencio.

Que sera de nosotros... si los arroyos callan.  Que sera del pez, si se seca el vientre materno del río. Que sera del hombre... cuando su vista se nuble de polvo, con la resaca sedienta del desierto.



Fue un mal sueño. Uno de esos que nos hacen transpirar en las noches de desesperanza. Esos... que tiñen de azul y hiel, las imágenes de la noche.

Los arroyos secos… sin agua, la vida en franco descarte. Una nueva ruta corría entre su vientre y el sol… envenenaba de destellos asesinos. 

Hoy... ese sueño me desvela en una realidad palpable; increíblemente real. Como un extraño de javu, ver arroyos, lagunas y ríos, secos, contaminados, maltrechos y rotos,  en nuestra montaña mendocina, diques asesinos en agonía de asfixia, contaminación y barbarie... es un hecho.



Ayer... tan solo hace unos meses,  contaminaban con cloro y mercurio el río Mendoza, y millares de inadaptados sociales, sembraban plástico criminal, los lagos, los ríos y cada jarillal del pedemonte.  Fue tambien hace unos años cuando unos iluminados del siglo XX, dirigentes de horchata y algunos bolsillologos, desoyeron los estudios que, a principios del siglo pasado, los orientales rezaban,  indicando que el río Mendoza debía tener pre diques, para contener la sedimentacion de entrada de caudal. 

Tampoco, debemos olvidarnos de las redes de los Astudillo, de la siembra indiscriminada, de las mineras asesinas, de las urbanizaciones degradantes, en definitiva... de la inverosímil necedad del hombre mendocino, en desatender lo que nuestros ancestros, nos enseñaron. La cultura del agua y sus recursos. 



Pero... una cultura que debería tender a desarrollar una política sustentable sobre toda la actividad que en ella y con ella, se realiza. Dada su vitalisima importancia. Hoy hace caso omiso, desprolijo, y despreocupado de estos llamados de atención.

Donde queda parada, nuestra troupe de  representantes y gestores públicos, cuando vemos, fervientes políticos pro minería, actividad que promueve la sequía y envenena pueblos a cambio de algunos céntimos, constructores de diques, cuando sabemos que matan ríos, modifica climas y napas, haciendo desaparecer zonas económicas, en pro al desarrollo. Donde queda parada nuestra dirigencia, cuando actúan después de la contaminación criminal y no antes... previniendo y controlando. Donde se para, la gestión publica cuando seca arroyos, como el blanco de Potrerillos, el Mendoza abajo del Dique, el arroyo Las Mulas,  en pro al desarrollo. Termino, que pocas veces es sustentable.




Que pasara cuando no halla mas peces que pescar. Mas agua que beber, nuestra arboleda desaparezca y el yermo nos gane.

Hoy... devolvemos los peces que otros matan, indiscriminadamente ante nuestros ojos y la ausencia de controles. Ausencia que promete falsamente igualdad de uso de los recursos y en pro a ello se disfraza de garantista. Hoy no hacemos mucho ante la contaminación. Poco e insuficiente, ante el avance irrespetuoso de la actividad humana y el capital. 

Solo unos pocos héroes del Valle de Uco resistieron a la minería. Recuerdo hechos puntuales, cerca de San Carlos.



Hecho…es que este planeta es un organismo vivo, es la Pacha Mama en carne, madre que nos genera vida, con su dinámico acunamiento. Ese mal hablado, mal usado y abusado... cambio climático. Que a los hechos… es una desgracia natural y anunciada. En planeta cambia, muta… se adapta. El humano... tambien; y para mal. No existe progreso posible, si no entendemos que ello, debe ser armónico al planeta que nos contiene.

En un ritmo casi imperceptible para el hombre moderno, el planeta nos reclama respeto. Somos nosotros... los coreografos de nuestro propio armagedon. Hombre moderno... tan alejado de la naturaleza, de la observación de la misma y convencido que su negación la hace menos importante y por ende, más poderoso. Creemos que con nuestro insignificante maquiavelismo, anularemos la reacción del planeta.



Nuestros ríos son sensibles y el agua es vital para nuestra ciudad. Ella... que es un milagro emanado de ese equilibrio, declarándose en oasis.  Nuestro oasis perfecto, con agua para nuestros forestales, y un pedemonte que limpia nuestras calles de smog durante las tardes con brisas suaves. Pero que cada año, esta mas desforestado, ganándole el cemento al verde.

Nuestros recursos del agua, ella misma, nuestros peces...nativos e introducidos, nuestros hielos, nuestra flora y fauna... no están siendo cuidados. Las gestiones no son suficientes. No por los hombres, sino por las políticas que ellos generan. 

Todo esto me hace pensar en el futuro. En un futuro impredecible para los Andes Centrales argentinos. Para mi agua... para mi pesca.


Pescare hoy; hoy... mas que nunca. Caminare mis arroyos, mis ríos y lagos,  mis hielos y montañas; buscare a mis truchas, a mis efemeras y plecopteras, al bagrecito torrente y al cangrejo. Pescare frenético a todas mis truchas. Con mis hijos, mis hermanos y amigos, para poderles transmitir a ellos... al menos el recuerdo. END

Autor: Jorge Aguilar Rech.
Fotografía: Jorge, Benjamín, Nicolás y Pablo Aguilar Rech.
Edición: Jorge Aguilar Rech.
BROWN TROUT ARGENTINA.
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Fraterna Navidad.

Con la sencillez de nuestro entorno andino y libertad de nuestros arroyos, nuestro mas sincero deseo...