La escencia...

Consideramos al relato de una experiencia de pesca con mosca, como algo extremadamente sensorial. Desde lo visual y literario, cada salida de pesca se expresa libre de egoísmos, despojados de los espejismos de las recetas y con la permanente e inefable búsqueda de lo bueno, lo puro y perfecto.

Las Arco Iris del Curruhue.

Oscuro llamado mapuche... al negro vientre de Río Curruhue.

La magia de lo siglos, lava su acuosa lengua. Era el instante de recorrerlo. Ansiosos por verlo y saber un poco más de su leyenda indígena las horas y minutos se hacías segundos.

La jornada comenzaba, cuando hacíamos pie en tierra, en el arroyo Collón-Co. Aquí... trabajamos unas ninfas sin éxito. Quizás las condiciones no eras propias para ello.


Seguimos camino, cuando Gendarmería nos avisa que el camino se encuentra en mal estado, y teníamos que circular con 4x4 baja por la cantidad de barro en la vía. El inicio de temporada nos traía estas dificultades, sumada a las inclemencias térmicas.

Llegamos a lago Curruhue Chico. El mal tiempo ganaba la apuesta de no meternos en los floats tubes. Pero nuestra terquedad podía más. Después de unos minutos arriba de los floats, las percas en cantidad, comienzan a dar batalla. Muchas, por demás...percas.

Pero el frío nos taladraba, el viento y la nieve nos ganaban la moral.

Así...bajamos de los tubes y comenzamos a vadear el río. El Río Curruhué es muy especial. Es impenetrable. Sus secretos indígenas se guardan entre bosques de colihue. Rígidos guardianes de su lecho. Pero a la vez, ésta situación nos daba refugio del frío, brindándonos un paisaje abstracto.


Substraído del clima y del momento. Brindándonos así, parte de su magia buena. Y este fue el momento mas especial del viaje.

Estaban las Arco Iris ahí, a la vista... Varias capturas fueron interrumpidas, para deleitarnos mirándolas... mirándolas por horas desovar. Fue un espectáculo majestuoso.



A media tarde... seguímos hacia el Curruhue Grande. Nuestro rumbo... a la costa oeste. Destino donde nos resultó imposible llegar. El nivel de sus aguas cortaba el camino.



Casi de noche, con la magia inquietante de la penumbra patagónica... emprendimos la vuelta hacia Junín. Dejando atrás el bosque encantado y decenas paisajes maravillosos. END


Autor: Hugo Moreno

Contexto y Narrativa : Jorge Aguilar Rech.

Revisión: Mario Capovia

Protagonistas: Hugo y Gloria Moreno.

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