Las montañas quedaban atrás entre
Era la mañana entrada... cuando mi vara Helios Zero Gravity 904, empalma sus cuatro tramos. Como un acto perfecto toma cuerpo y peso con su Cayuga #1 Gold. en su seno, una simple Scientific Anglers Air Cell verde menta. El punto cúlmine del armado, fue optar por la tecnología de fluoro carbón en un líder de 9 pies cuneiforme. En ese momento me percato que mis zapatos de vadeo necesitaban un descanso. Pero su integridad estructural, afianzaron nuestra alianza. Así estábamos en camino, por la huella insinuada, rumbo al río. Una travesía entre pampa noble, rocas filosas, vegas y arroyos, que sumaron unos tres kiló
La hora y las circunstancias nos motivaron a la observación, y la entomología. Lo cual a la vez fue acompañado de una comida energética en base a cereales y energizantes. Nuestra obervación no denotaba actividad de truchas. Un acercamiento al río...nos mostraba cantidades de bagres del torrente, terrestres como orugas, moscas, escarabajos y algún ortóptero; bajo las rocas del río... una pequeña expresión de ticópteros y efémeras, nos avanzaba en las manos. También las chinche de agua y los caracoles tomaban protagonismo.El sensible vibrato de la vida, se hacia sentir, se hacia ver entre nuestros dedos.
Y como resultado de ello...mi boca mojaba una Pheasant Tail Bead Head # 14. La técnica inicial fue instintiva. El Up Stream posicionaba la mosca sobre alguna corredera y esta así entraba a deriva natural, al amplio pool...profundizándole. La hora contaba minutos pero no estímulos salmónidos. Ningún toque, ni trucha alguna habíamos sentido o visto. El débil sol de la mañana sumado a las grandes sombras proyectadas no sumaban al río temperatura. La misma era de 12º C. Esta circunstancia en ríos cordilleranos hubiera activado el instinto alimenticio, pero eso es diferente en las sierras. Se estimulan a mayor temperatura.
El ascenso por el curso del río sumaba metros, escenarios y esperanzas, pero nunca al momento piques.
Un kilómetro río abajo, Gonzalo Sierra

Gonzalo, en cada uno de los flats tenía excelentes capturas... Arriba, a media agua y en lo profundo verde musgo. Las plumas atadas en el 4x fueron la Prince Bead Head, Gnat Foam, y la accion de algunos Streamers.
L

Declarada la contienda, mi adversario respetable, aun no se hacia ver. El ambiente uno...pescador cero.
Un valle abierto dentro del recorrido me muestra un run extenso y amplio. Decido cambiar de técnica. Utilizando la corriente principal como aliada, lanzo perpendicularmente al río, haciendo un reach cast inminente. Esto ayudaba a profundizar de pleno y a deriva la lastrada pluma. Al final del rifle que alimentaba el flat, un remolino profundizaba aún más la mosca y es ese instante el mundo, dividió los segundos los instantes y las milésimas...detonando un furioso pique de una Arco Iris esplendida. La lucha era intensa y lograba dar fuerte batalla a la Helios, mi brazo y mi maltratada pierna. El copo daba entre mis manos una esplendida trucha de no mas de 600 gr.
Quizás este empate, no era suficiente, ni oportuno y menos necesario.
La temperatura había subido a ese momento y un hatch de caddis, se hacia ver entre la tensión del agua del pool. Se comenzaban, estimuladas a alimentar arriba y a media profundidad. Los rise se combinaban en distintas actitudes...en bulge, en splashy rise, lo que me daba la lectura de que las efémeras estaban en emergencia plena. Mi estrategia fue cambiar mosca a una Emerger de Efémera color verde.
A ese momento las capturas de Sebastián comenzaban con su Dragon Articulada en #14. En esos momentos, coordinamos aunar estrate
Metros arriba nos sorprende un pool tamaño estadio. Su enormidad, profundidad y estructura eran perfectas. Un pool increíble. En su seno...cinco truchas entre el kilo y los dos y medio patrullaban. Un espejísmo soñado, hecho realidad. Nos escondemos ahora juntos, tras un accidente en la roca metamórfica. Mientras nos regocijáb
El pecho se nos hinchaba. La captura nos denunciaba mas truchas, más grandes y...en mi pierna mas dolor. Pero el desafío de la contienda técnica trucha hombre, aun no se definía. Unos cientos de metros río arriba un pool de iguales d imensiones nos esperaba. La tarde caía y, las sombras se hacían serias y frías. Es por ello que comprendíamos que las truchas se hallarían a la cola del pool.
Mi turno de ca ptura, sonaba en mí...como la disputa final. El día tenía en sus manos el martillo de la campana, el pez siempre un paso m as adelante y yo...caña en mano, agazapado, alerta y con mi mosca en el agua.

Mi posición era a la entrada del flat, agachado para no ser vist o y con la intensión de que mi cast superara la posición de la trucha. El líder de fluoro impediría que la misma se espantara dado su invisibilidad. El cast posiciono la mosca...pero paso suavemente si ni siquiera notarla. Sebastián en la tribuna del flat ah ora era mi guía. La trucha pesaba unos dos kilos aproximadamente y a su lado tenia otra de un kilo que le seguía todos los movimientos. El segundo lanzamiento es proactivo hacia uno de los laterales del pozón. Así, me permitiría no causar disturbios en la fina tensión del pool. La linea verde m enta toma tensión de deriva. Comienzo a trabajar en ocho y la punta de la caña, una emergencia de mi reincidente Pheasant Tail. Un gran bulge a la altura de mi tippett y la inmediata ondulación de la linea me indicaba un run positivo lo que mi caña en alto y la violenta recogida no pudo llegar a clavar al pez. La trucha luego de escapar se refugia en el fondo y a la cola. Sebastián se tomaba la cabeza. El pez me daba un golpe certero.
Incomprensiblemente, o quizás si; minutos mas tarde, ambas truchas vuelven al lugar posicionado. Sebastián me anuncia que la batalla aun no terminaba. Me posiciono aun mejor...me arriesgo a un nuevo cast cercano a la costa. La trucha toma la misma actitud pero ahora mas rápido. Quizás presintiendo que actuaría a la defensiva. Las truchas que provocan así al pescador, son por demás grandes y experimentadas. Un salto enorme me anunciaba falsamente la clavada. La mosca aun estaba en el agua. La había soltado. Segundo golpe.
Era una situación increíblemente enriquescedora. La trucha me estaba dando una lección. Se esconde junto a su compañera en las profundidades del pozón. Mientras cambio de mosca. Una Griffith´s Gnat #14 sería mi estrategia final. Si es que me daba nueva oportunidad.
Mi turno de ca
Incomprensiblemente, o quizás si; minutos mas tarde, ambas truchas vuelven al lugar posicionado. Sebastián me anuncia que la batalla aun no terminaba. Me posiciono aun mejor...me arriesgo a un nuevo cast cercano a la costa. La trucha toma la misma actitud pero ahora mas rápido. Quizás presintiendo que actuaría a la defensiva. Las truchas que provocan
Era una situación increíblemente enriquescedora. La trucha me estaba dando una lección. Se esconde junto a su compañera en las
Pasaron minutos cuando emprendía mi coja retirada, cuando entre la primeras penumbras de la hora mágica...y si que las eran, se interrumpe con la advertencia de mi guía. Ahí están de nuevo. Sabiendo que ya no tomarían, necesitaba finalizar el juego comenzado. Mi cast posiciona la atractora en aguas abajo de la posición de las truchas. Lo que pasaría en ese instante me dejo de rodillas, sonriente y derrotado... la trucha mayor se acerca a la mosca...la menor la sigue. Comienzan a avanzar siguiendo el hilo verde de mi linea; paso a paso se acercaban. Más aún al estar a escasos metros mío, se levantan a centímetros de l a tensión del agua y, en ese preciso instante...por más que mi inmovilidad intentara inmaterializar mi cuerpo...huyen raudamente. Este juego de inteligencia bestia-humano. Instinto y transmisión genética.
La magia de haber cambiado el rol de 
pescador y haber sido engañado por mi pez. Jamás lo había experimentado. El descubrirme en mis intenciones, y mostr ar su experiencia , descubriéndome fue un acto superior de instinto.
Siempre volveré a buscarla, a disputar la contienda. Soñando...profundo, en mis recuerdos, en mis anécdotas, con el día... en que yo fui la trucha. END

Autor: Jorge Aguilar Rech
Fotografíia: Jorge Aguilar Rech, Victor Picca, Sebastián Pagano y Gonzálo Sierra.
La magia de haber cambiado el rol de

Autor: Jorge Aguilar Rech
Fotografíia: Jorge Aguilar Rech, Victor Picca, Sebastián Pagano y Gonzálo Sierra.
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