La escencia...

Consideramos al relato de una experiencia de pesca con mosca, como algo extremadamente sensorial. Desde lo visual y literario, cada salida de pesca se expresa libre de egoísmos, despojados de los espejismos de las recetas y con la permanente e inefable búsqueda de lo bueno, lo puro y perfecto.

Pescando Pejerreyes en la Penìnsula de Valdez.

Una experiencia en los mares patagónicos que bañan a las playas Pardelas y Colombo.

Las playas Pardelas y Colombo, se encuentran ubicadas al sur oeste de la Península de Valdés, sobre el denominado Golfo Nuevo, a unos 5 Km de Puerto Pirámides y unos 130 Km al Noreste de la ciudad de Puerto Madryn., República Argentina.

El imponente paisaje patagónico, se extiende por kilómetros y se interrumpe por un océano rodeado de acantilados rocosos que a ese instante, parecieran querer atraparlo por siempre. Estas, son las aguas del Golfo Nuevo... aguas saladas del imponente océano Atlántico.

Mares patagónicos; las aguas de la ballena Franca Austral y de una gran variedad de seres, entre estos, el Pejerrey de cola amarilla, o mejor conocido como Manila.


La desesperación por poner una mosca en el agua, me llenaba de impaciencia y de recuerdos. Recuerdos... de las distantes aguas de montaña y de mis salidas de pesca con grandes amigos. Suelo salir de pesca como máximo cada 15 días, y ya habían pasado muchos más. Tenía la posibilidad de volver al río Chubut Inferior, el que tan solo se encuentra a 180 Km de la ciudad de Puerto Madryn. Ese hermoso río de las truchas olvidadas, pero... la falta de movilidad y otros factores me impidieron tal visita. Algo que me dejo realmente triste, tan solo porque realizo una vez al año este viaje y tendría que esperar todo un año más para regresar.

Una gran abstinencia de pesca, que trataba de atenuar atando moscas y soñando con los ríos mendocinos que visitaría a mi regreso; sumado a esto, que mis intentos en aguas saladas, habian durado unos minitos y habian sido todos funestos.

Varios días de fuertes vientos azotaban a las playas patagónicas de Madryn. Solamente una mañana me levante y el viento había cesado por completo. Rápidamente arme todo y salí a la Playa Parana, ubicada a unos 5 km al sur de Puerto Madryn. Comencé con moscas chicas, imitaciones de cornalitos y peces chicos y camarones; los cardúmenes de pequeños pejerreyes, rodeaban mis moscas y la atacaban pero no se clavaban.

Intente entonces con una ninfa de color marrón anaranjado, en anzuelo # 14, pero solo clave uno que termino por escapar. Pasaron las horas sin resultados positivos y finalmente volvió el viento, haciendo que mi línea y caña # 2 se tornaran totalmente incontrolables.

El día domingo nos decidimos a via
jar en familia a la Península de Valdés, patrimonio de la humanidad, Patagonia pura, naturaleza viva, territorio de guanacos y ballenas, entre otros cientos de animales. Territorio remoto que siempre me llamo la atención cuando observaba los mapas de argentina en las tareas de geografía de la escuela.

Allí estaba... entrando a la península. Recorrimos unos km por caminos de arena, y llegamos a playa Pardelas, donde decidí armar mi caña ECHO Carbon # 2 y salar una línea de floteScientific Anglers XPS 2 . Las condiciones estaban dadas y, al almuerzo le siguió una larga caminata hasta playa Colombo, una enorme plano costero de arena fina rodeada de acantilados, un entorno que refleja a la Patagonia virgen y salvaje.

Ate sobre mi tippett 6X, un pequeño Camarón Naranja Rojizo
y entré a las cristalinas y cálidas aguas. Me posicionè en un canal de marea de muy escaza profundidad que interrumpía a la playa con su morfología de lengua. Realicè mi primer cast, levante y tendido con la mayor suavidad. Confieso qu por momentos me imaginaba en aguas cubanas pescando esos peces celestes que solo he visto en libros, videos y revistas, pero no... estaba en el territorio argentino en mares patagónicos, algo realmente increíble... soñando clavar los matungos... pejerreyes grandes que hasta el momento no se hacían presente.

Pero si asistiasn al llamado, grandes cardúmenes de Pejerrey de cola amarilla con un tamaño máximo de 15 cm. Me dedique a ellos... y al segundo cast mi caña se flexò en un pique suave y delicado.

Era uno de ellos... un pequeño Pejerrey de unos 12 cm de largo, que entraba en la palma de mi mano, pero que me hacia tan feliz.
Primero por ser mi primer pez de aguasalada capturado con mosca y segundo, porque era el primer pejerrey con mosca, el que por el tamaño del mismo los lugareños lo suelen llamar Cornalón.

Muchos años dedicado solo a la pesca de truchas, a los arroyos, ríos y lagos de montaña, quizas... màs de 10. Unos cuantos a las carpas, pero nunca al pejerrey y menos al agua salada.

Enamorado de los salmónidos, encerrado en su magnífico mundo, me olvide por completo del abanico de posibilidades, pensando en el río Chubut, en sus hermosas truchas, no me di cuenta de las posibilidades de la costa salada del Atlàntico.

Encerrarse en lo mismo, sin experimentar nada nuevo, es todo un tema. Comprobé y experimente muchas cosas increíbles esa tarde, los piques se sucedieron en cada cast y las capturas también, el casteo suave y delicado... cast cortos, loop muy cerrados, moscas muy chicas; un Océano sin olas, sin viento y de las aguas mas cristalinas, tranquilas y cálidas que yo he visto.

Pesquè con una caña # 2, una delicada línea de agua dulce que después tuve que lavar a la perfección, y use la tan conocida técnica de la deriva muerta, casteando hacia la playa aprovechando el movimiento del agua en cada ola, parecía pescar truchas en un flats, mi mosca derivaba y era tomada por estos pequeños pejerreyes.

Una tarde memorable, la inmensidad patagónica de playas desérticas y extensiones infinitas se conjugaba con un imponente océano azul y un cielo crepuscular que me envolvía y parecía absorberme. La silueta oscura de cada cast, rompiendo la suave brisa, el brillo dorado del sol... Patagonia... simplemente, Patagonia. END.
Autor: Sebastian Pagano.
Fotografia: Sebastian Pagano.
Edicion: Jorge Aguilar Rech.
Una produccion de Brown Trout Argentina.

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