La escencia...

Consideramos al relato de una experiencia de pesca con mosca, como algo extremadamente sensorial. Desde lo visual y literario, cada salida de pesca se expresa libre de egoísmos, despojados de los espejismos de las recetas y con la permanente e inefable búsqueda de lo bueno, lo puro y perfecto.

Despertando a la Arco Iris del Rio Mendoza

Una mañana helada como muchas del invierno mendocino. Juntábamos excusas para evitar las ganas de quedarnos atando en la llanura mas cálida. Pero...la temperatura de la pasión por la pesca, por las enamoradas plumas y las peleadoras Arco Iris... podía mas que unos pocos grados y el agua congelada.


Domingo... y el peregrinar de autos hacia Potrerillos, nos abandonaba en la primer entrada al Dique.







La transparencia del aire montañoso nos hacia entrar en estado de nirvana flyfisher. Ese estado previo a la llegada, esa calma eufórica, donde cada detalle, cada instante, uno a uno los datos, las sensaciones y los relatos son procesador y disfrutados, intentando incorporarlas a nuestra sangra, nuestro alma...nuestro músculo.

La helada ventisca del Oeste motivo, a la llegada al White Point 41º 49´ latitud Sur -69º 29´ longitud Oeste, la inmediata fogata. Mientras algunos otros... hacíamos entomología y estudio de condiciones térmicas.
Benjamín introduce el termómetro y a las 11:00 am y le muestra una temperatura de 3,5 ºC en el agua, apenas descongelada. Los insectos a esa altura de las circunstancias eran muy poco detectables ....solamente unas plecopteros color marrón de minúsculo tamaño y densidad.

Las manos heladas nos acercaron al fuego. Pablo comienza entonces prematuramente a preparar las recomendadas carnes. La ceremonia continua entre relatos, recetas y premoniciones. El río estaba extrañamente turbio. La razón...un zonda de post nevada había soplasdo en superficie...derritiendo la nieve, aportando nuevo caudal a los afluentes y volumen al río.



Para una mejor visualizacion :http://www.youtube.com/watch?v=b1k_v9phoVw
La temperatura arruyaba en su canto de letargo a nuestras truchas. La pareja de condicionantes en ningún instante nos desanimo...jamas dimos un paso atrás. Ya...estábamos pescando. Debíamos despertarlas de su sueño de frío y desove.


El cenit bondadoso de luz, nos dio el inicio obligado y a la hora de medir nuevamente la temperatura...quizás no tan promisorio...se ponían en apenas unos 6º C.


Comenzamos pescando río arriba. Por los brazos mas lentos...mas acentados y transparentes, sin resultado alguno. Los pequeños streamers y ninfas atractoras, atados en alambres # 10 y 12, practicaban su coreografía... inútilmente.

Cuando los brazos del Mendoza, intentaban juntarse en uno.. en una hermana actitud, la respuestas comienzan a cambiar.

Mientras un viento fuerte y frío desde el cuadrante E.S.E. , de mas de 60 km por hora, obligaba presentar a favor del mismo ...río arriba.

Un largo cast me posiciona en la corriente principal, para dar... siempre caña en alto, varios mending.

Unos veinte metros de linea de flote, posicionaban a mi Doctor Lecter en la cola de una incipiente corredera.






Dos pequeños tirones, casi imperceptibles, me alertan. Así... dejar ir...tres tirones mas energéticos y dejar ir...el ensayado movimiento. Quizás iintuidos para una Pacora...o quien sabe que animal que despertaba al sol cálido, en ese momento en ese lugar, donde la Arco Iris apenas tomaba el emplumado ardid. Segundos mas tarde, ataca suavenmente otra vez y mi Orvis TLS 704 Power Matrix #4, lo percibe y le avisa al músculo tenso... mi mente busca rápidamente entre los recuerdos asimilados de la experiencia y aceitado por la adrenalina que fluye. Dos tirones mas de mi linea... y ahora mas energéticos: Instante cuando el espasmo del pique, explota mi caña en una arqueda clavada. La presa respondía con un voluptuoso salto arco iris. La estrategia inmediata para no perderla con mi tipped 4x, fue posicionarme paralelo a la presa .También lograría no agotarla por demás.


La Trucha se arrima a mi limite de vadeo. Mi ausente copo, por mi ansias olvidadizas, me obliga a manipularla entera con mis manos heladas. Ella es bella, robusta y con los tonos del invierno tostado. Ella es una Arco Iris de 0,60 m. y de unos 1, 340 kg que es devuelta al río, sin demoras. Una Arco Iris única que distinguió mi engaño y me dio el privilegio de la captura. END.

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