Luis Meana es un escritor, un exigente editor, jornalista y un gran guía de pesca en España. Ha escrito varios libros en su país y colabora habitualmente en revistas de pesca con mosca tanto en España como en otros países. Libros como el Pardón de Meana , constituyen un indiscutible best seller, con todo aquello que desearíamos conocer a cerca de la selección, forma de cría, criterios de calidad y variedades de la Pluma de Gallo de León, así como los detalles de todas las variantes y montajes del sistema de atado.
Desde hace quinientos años, en una pequeña comarca española, se produce el que pudiera ser el mejor material del mundo para montar moscas artificiales, la Pluma de Gallo de León (GDL).
Ningún otro material para montar moscas y ningún material relacionado con la pesca a mosca, se ha producido o se produce actualmente en ninguna otra parte del mundo con una tradición tan primitiva, cercana a los cinco siglos. Y así queda demostrado en algunos antiguos manuscritos españoles. Es comprensible entender que los escritos que hablan de dicha tradición no coincidieron en el tiempo con los orígenes de ésta, por lo que es muy probable que en la pequeña comarca del Valle del Río Curueño, La Pluma de Gallo de León se utilizara, y por lo tanto produjera, desde mucho tiempo antes.
Los invito a recorrer algo de historia y geografía.
En el Manuscrito de Astorga, documento español escrito por Juan de Vergara en 1.624, no sólo se habla de uso del GDL sino que además, se describen con detalle algunas de las variedades de esta pluma que, a día de hoy, permanecen inalteradas al alcance de nuestras manos y de nuestras moscas. Mucho tiempo antes, el aragonés Fernando Basurto escribió su libro “Diálogo del Cazador y el Pescador” en cuyo texto aparece el “Tratadito de Pesca” que se imprimió y publicó en el año 1.539. En él se describe con detalle el proceso de fabricación de una mosca y se hace referencia, entre otras, a un ave llamada “buñal", probablemente el Gallo de Boñar, nombre con el que también se conocía entonces al Gallo de León.
A pesar de ser un país de pequeñas dimensiones, España cuenta con un amplio sistema de cadenas montañosas y por lo tanto con una extensa red hidrológica de la que una gran parte es considerada como hábitat potencialmente poblado por la trucha marrón, que junto con el Salmón Atlántico conforman el abanico de especies de salmónidos autóctonos españoles. Por lo tanto, en un país como la Península Ibérica, en su mayor parte rodeado de mar y con semejante red hidrográfica, la pesca tiene un enorme arraigo. Provincias como Asturias y León, son conocidas en todo el mundo por su potencial truchero y visitadas por cientos de aficionados de diferentes países que conocen su riqueza.
La ubicación geográfica de España, eminentemente meridional, condiciona la disposición de alimento de los ríos y la actitud de las truchas, acostumbradas a comer en superficie durante prolongados periodos de tiempo gracias al templado clima. Por ello, la costumbre de pescar con mosca, además de estar muy extendida, es una tradición primitiva. Sin embargo, la pesca con mosca moderna o pesca a mosca con sedal pesado es un estilo aun muy joven en nuestro país, con apenas 50 o 60 años de historia. Esto es debido a que la pesca con mosca en España siguió un camino diferente derivando en otras modalidades de pesca endémicas pero en las que la mosca seca o ahogada también era la protagonista. Esta evolución paso por el uso del aparejo de mosca ahogada o “buldo”, nombre con el que se conoce al flotador que forma parte del aparejo, formado por varias moscas que cuelgan de la línea principal y un flotador transparente que se lastra añadiendo agua en su interior. Con este sistema, el pescador es capaz de lanzar a largas distancias y cubrir grandes superficies, gracias al peso que adquiere el “buldo” cuando se llena de agua. Una vez lanzado, el pescador mantiene la deriva del flotador con cierta tensión a la vez que emite un movimiento de vibración al puntero de la caña para conseguir que las moscas más alejadas del flotador “bailen” encima de la superficie del agua mientras que las más cercanas al flotador discurren hundidas en posición de emergencia. Este sistema, además, permite pescar zonas profundas o con fuertes corrientes difíciles o imposibles de vadear y por lo tanto fuera del alcance del pescador de mosca con sedal pesado.
La Pluma de Gallo de León.
Éste ha sido y sigue siendo el método más extendido en España para pescar con mosca. Semejante evolución fue condicionada, en gran medida, por el uso de un material con una efectividad extraordinaria, La Pluma de Gallo de León. Estas fibras brillantes, casi mágicas diría yo, no tardaron en cruzar fronteras y llegar a las manos de todos los pescadores de truchas del país. Familias enteras se dedicaban a la cría de estos animales o al montaje de moscas ahogadas específicamente diseñadas para la pesca con “buldo”. Las moscas tradicionales son muy básicas y están formadas por unas alas en GDL, elemento principal del montaje, y un cuerpo en seda, pero a pesar de su sencillez, su efectividad es extraordinaria gracias a las características del GDL.
Existen dos variedades de Gallo de León, los gallos Indios que generan pluma sin moteado, y los gallos Pardos, algo más grandes que sus primos, que generan pluma con un moteado más o menos intenso. Las plumas de Gallo Pardo pueden carecer de moteado en contadas ocasiones, sin embargo las plumas de Gallo Indio jamás tienen sus fibras moteadas. Dentro de cada variedad de gallo, existen muchos tonos y tipos de moteado, por lo que la oferta es muy amplia con más de 50 tipos de pluma, cada una con su denominación. Después de muchos años, la Asociación de Criadores de Gallo de León ha consensuado una tabla oficial para denominar todas y cada una de las variedades de pluma. Este consenso ha sido necesario dentro de las gestiones requeridas para la consecución de la Denominación de Origen. Estas tablas han sido editadas por primera vez en el libro “El Pardón de Meana y la Pluma de Gallo de León” edición que, afortunadamente cuenta con una versión en inglés.
Pero incluso dentro de la propia comarca, cada vez es más complicado conseguir plumas e la máxima calidad. Algunos criadores, con el fin de atender la demanda, no hacen una selección adecuada de los mejores gallos, lo que provoca que en algunos casos la pluma no alcance un grado suficiente de calidad. Pero lo peor es que los gallos seleccionados sin alcanzar las garantías necesarias serán padres de otros gallos, con el peligro que esto supone.
Actualmente, la producción de pluma de la máxima calidad, la más brillante y efectiva, la pluma mágica, no supera el 35% de la producción total en la comarca. Esta pluma no suele salir del entorno más cercano a los criadores y es muy difícil de conseguir a pesar de su bajo precio (en ocasiones 5 o 6 euros el mazo de 12 plumas), algo difícil de entender teniendo en cuenta la enorme demanda del producto y su escasez. De hecho, el 90% de la pluma de máxima calidad se produce en un solo corral, el corral de Quino, un buen amigo y el más experto de los criadores. Actualmente sus plumas son las más cotizadas por los entendidos y la posibilidad de acceder a ellas es remota ya que tiene toda la producción vendida de antemano.
Sistema de Producción.
Otra de las condiciones para que la calidad de la pluma sea la adecuada consiste en hacer una explotación extensiva y no intensiva del animal, es decir, los gallos tienen que disponer de espacio y estar en semi libertad. La pluma se consigue mediante “La Pela” del animal, que consiste en la extracción del las plumas, una a una, mientras se sujeta al gallo vivo entre las piernas. El gallo no sufre en absoluto, algo fácil de averiguar ya que al extraer las plumas éste no hace ni tan siquiera un movimiento reflejo, ni un leve parpadeo, ya que las plumas seleccionadas aún no han enraizado y los criadores, tras generaciones, saben como hacerlo, convirtiendo a “La Pela” en un arte digno de ser admirado.
Anualmente se llevan a cabo cuatro pelas, una cada tres meses, si bien algunos criadores prefieren hacer sólo tres con la intención de conseguir pluma de mejor calidad. En cada Pela, se extraen de cada gallo alrededor de ocho “mazos de Riñonada” (el mazo es la forma en la que la GDL se ofrece al público y consiste en un grupo de doce plumas atadas con un cordel en su base). La Riñonada es la parte de la espalda del gallo de donde se extraen las plumas de la máxima calidad, aproximadamente 100 plumas por pela. También se extraen plumas de colgadera y del cuello del animal, estas últimas muy útiles para formar hackles muy brillantes.
El Pardón de Meana.
Allá por los años 50 llegó a España la pesca a mosca con sedal pesado de la mano de pescadores franceses y desde entonces, los montadores españoles fueron adaptando sus montajes al nuevo estilo de pesca. Hoy el uso de la GDL está muy extendido en los montajes, en parte debido a la herencia de las moscas ahogadas españolas y en parte por la enorme efectividad que acompaña a los montajes realizados con estas fibras.
Las fibras se usaban básicamente para hacer tejadillos de tricópteros, cercos y, sólo ocasionalmente, para formar las alas en las imitaciones de efémeras. Hace unos 25 años comencé a utilizar las fibras de GDL para la formación de alas de efémeras a partir de un antiguo patrón llamado “pardón” que imitaba a las efémeras olivas y pardas de principio de temporada. No tardé mucho tiempo en descubrir que la máxima expresión de la efectividad de la GDL estaba en la formación de alas verticales ya que es en esta disposición donde las fibras emiten de manera más contundente los brillos y los reflejos propios de este fantástico material. Con el uso durante miles de horas de pesca y gracias al método “prueba error” fui desarrollando el montaje para que la presentación de la imitación fuera la adecuada, y que la silueta del cuerpo del insecto, similar a la de una ninfa, fuera asociada por las truchas como el alimento buscado (los estadios adultos de las efémeras mantienen un tórax abultado, por ello debemos motar nuestras efémeras con tórax, de forma similar a la que montamos las ninfas). Después de 25 años de evolución, el Pardón de Meana es conocido en España y en todo el mundo como uno de los montajes más efectivos para imitar efémeras en sus estadios de emergencia avanzada, subimago e imago. No se trata de un montaje específico, sino de un sistema de atado que nos permite imitar en nuestro torno cualquiera de las infinitas variedades de efémera, modificando tamaño, color, incluso el material usado para confeccionar el cuerpo, lo que nos invita, a partir de unos parámetros fijos que condicionan el montaje, a explorar en nuestra imaginación en busca de la mosca ideal y de un montaje con un toque personal.
Las fibras se usaban básicamente para hacer tejadillos de tricópteros, cercos y, sólo ocasionalmente, para formar las alas en las imitaciones de efémeras. Hace unos 25 años comencé a utilizar las fibras de GDL para la formación de alas de efémeras a partir de un antiguo patrón llamado “pardón” que imitaba a las efémeras olivas y pardas de principio de temporada. No tardé mucho tiempo en descubrir que la máxima expresión de la efectividad de la GDL estaba en la formación de alas verticales ya que es en esta disposición donde las fibras emiten de manera más contundente los brillos y los reflejos propios de este fantástico material. Con el uso durante miles de horas de pesca y gracias al método “prueba error” fui desarrollando el montaje para que la presentación de la imitación fuera la adecuada, y que la silueta del cuerpo del insecto, similar a la de una ninfa, fuera asociada por las truchas como el alimento buscado (los estadios adultos de las efémeras mantienen un tórax abultado, por ello debemos motar nuestras efémeras con tórax, de forma similar a la que montamos las ninfas). Después de 25 años de evolución, el Pardón de Meana es conocido en España y en todo el mundo como uno de los montajes más efectivos para imitar efémeras en sus estadios de emergencia avanzada, subimago e imago. No se trata de un montaje específico, sino de un sistema de atado que nos permite imitar en nuestro torno cualquiera de las infinitas variedades de efémera, modificando tamaño, color, incluso el material usado para confeccionar el cuerpo, lo que nos invita, a partir de unos parámetros fijos que condicionan el montaje, a explorar en nuestra imaginación en busca de la mosca ideal y de un montaje con un toque personal.
El Pardón de Meana es un modelo básicamente pescador, muy efectivo. Es de ese grupo de patrones que sirven para pescar peces y no pescadores, a pesar de que también destaca por su belleza y originalidad. Lo mejor es animarse, atar unas cuantas moscas adaptadas a nuestro río favorito y darle una oportunidad en acción de pesca. Es hermoso seguir la deriva de una imitación de efémera de verano, en un color pálido y con unas alas formadas con fibras de gallo Indio de León en un todo gris plateado. Los brillos harán que la mosca sea muy visible y hechizaran al pescador para siempre, y lo que es más importante… hechizarán al las deseadas truchas.END
Autor: Luis Meana
Fotografía: Luis Meana.
Edición: Luis Meana
Post edición: Jorge Aguilar Rech.
BROWN TROUT ARGENTINA
Copyright 2.013
Todos los derechos reservados.
Edición: Luis Meana
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