La escencia...

Consideramos al relato de una experiencia de pesca con mosca, como algo extremadamente sensorial. Desde lo visual y literario, cada salida de pesca se expresa libre de egoísmos, despojados de los espejismos de las recetas y con la permanente e inefable búsqueda de lo bueno, lo puro y perfecto.

Pescando el Arroyo El Desecho

Naturaleza Malarguina. Cerrando temporada.

Un abanico de sensaciones... nos despierta la pesca con mosca. Un fantástico mundo envuelve a esta actividad. Cada momento es único; irrepetible e igualmente fantástico.

Compartir con los seres queridos, cada uno de todos estos momentos, nos trasladan a otro plano de la existencia... aquellos casi olvidados y eso... nos llena el alma de amor. Fraterno es... el compartir con mi hermano, una jornada de pesca. Es un día de aprendizaje mutuo, un día de compartir historias, de infinitos mates y palabras cortadas... por el frío de las mañanas de abril.


Por las orillas, de las escaleras de agua del Arroyo El Desecho, es una experiencia que quedara como otras, en mi corazón; una experiencia única ... irrepetible.

En una fría jornada de abril, Jorge García ...mi hermano y yo, salimos rumbo al Arroyo El Desecho. Hilo de agua cristalina, ubicado a 70 km de la ciudad de Largué, Provincia andina de Mendoza, Argentina de los doscientos años.

Un arroyo soñado. Un arroyo, inmerso en un profundo valle de rocas en tintes rojos y violetas. Una mas de las bellas obras... de la naturaleza Malarguina. Un arroyo para la pesca fina, un arroyo de exclusividad para ninfas y secas.

Arribamos al área de pesca, a primeras horas de la mañana... mientras él sol se elevaba y, con el giro de la tierra, iba quedando detrás nuestro, a nuestras espaldas... entibiando lentamente las aguas de la fría mañana de abril.

Las ilusiones crecían, mientras ensamblábamos los tramos de la pausada Echo Carbón # 4 de Jorge y mi delicada Kunnan # 3. Los dedos... se enfriaban con la línea, la ansiedad explotaba en el pecho , con los rise, y ahí estábamos mi hermano y yo. En el lugar, en el instante de eclosiones tempranas, un momento donde el tiempo se detiene, los segundos se extienden con el objeto de absorver todo el sumo de la magia del instante efímero. Dos testigos mudos...dos hermanos.

Nos inclinamos, casi por telepática complicidad... por las secas. Las capturas, se nos dibujaban en la cara ... a los segundos. Pero... al momento no habían tomado las grandes. De esas que allí podíamos pinchar, de esas que nos hacen volver siempre, de esas que te regalan la gran mayoría de los ríos y arroyos del querido Malargue, aguas del sur de Mendoza, nuestra tierra.

Cerca del medio día las eclosiones concluyeron. Las Efémeras de la mañana cumplieron su ciclo, los Spinner ya eran arrastrados por las rápidas aguas. Decidimos al ese instante, caminar el arroyo aguas arriba, para estudiar y conocer el entorno y para entenderlo en apenas una parte. Absorver los detalles de su medio, de su estructura y fisonomía, de su entomología y así actuar de la mejor forma para obtener el resultado esperado.

Las rocas del lecho bañadas de aguas frías albergaban Efémeras Beatidae de muy buen tamaño. Nuestras observaciones entomológicas y la actividad cesante en superficie, nos advertía el uso de ninfas.

El cambio de actitud del ambiente fue respondido por el cambio de estrategia y así, se dieron los primeros resultados con esta modalidad. Jorge, ató a su tippett 4X, una Pheasant Tail lastrada, atada en anzuelo # 12. En pocos minutos su línea se estiró con violencia, en una y otra tomada, estremeciendo el fibrado de su Carbon # 4 y cada hebra de su brazo le explotaba en adrenalina a su cabeza.

Yo... en otro sector cercano, sin resultados con algunas ninfas, decidí volver a las secas. Una Adams Irresistible comenzaba a ser su deriva en el hilo tenso del agua. Era la misma que por la mañana había llenado de gran satisfacción a mi jornada. Nuevamente mi Adams rompió la tensión superficial en cada rise, mi línea se tensó y mi caña de nuevo sintió la fuerza salmónida una y otra vez en franca batalla.
Fue una de las pocas veces que pescaba este arroyo mojando ninfas y flotando secas con tan buenos resultados. La jornada de pesca finalizó a media tarde, corridos por el elemental del viento... estruendoso ente de las quebradas.
Emprendimos nuestro regreso, recordando, reviviendo cada momento vivido. Un día que aprendimos el uno del otro; sin rivales, sin apuros, sin egoísmos. Un hermoso día vivido en alianza, un día soñado para muchos. END

Autor: Javier García .
Editores: Jorge Aguilar Rech y Sebastián Pagano .
Fotografía: Javier Garcia.

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