Transitábamos una de las rutas que nos llevarían a El Cholar, Provincia de Neuquén, Argentina. Entre tanto... la española del Garmín, nos despertaba para indicarnos un viraje próximo. Era el día, 25 de Noviembre... a días de la apertura. Aquí unas mil almas dormían y llegábamos al ellas por un camino de tierra, apenas alumbrado por nuestro vehículo. Bordeando el Neuquén.
Hacíamos base en la hostería única de El Cholar. Aquí.... comíamos algunos oportunos bocados, limitados a la humilde carta. En nuestra cabina, como corresponde entre mates y ñacos, las historias se salían por las ventanas.
Avanzábamos en la mañana y descubríamos la cantidad de escenarios disponibles. Decidimos partir al Río Trocomán, y establecer un campamento junto a él.
Habíamos sacado el permiso de pesca en Chos Mallal, dado la facilidad que ofrece obtenerlo en estos pagos. Oportunamente se exhibía, a la gran cantidad de guarda faunas que nos interceptaron.
Sabíamos que estábamos pescando en una época no muy prometedora como la de enero a marzo... pero la idea era testearlo en estas tempranas.
Sabíamos que estábamos pescando en una época no muy prometedora como la de enero a marzo... pero la idea era testearlo en estas tempranas.
El Trocomán, apenas claro, vuelca su tributo al Neuquén. Río que a unos veinte kilómetros de El Cholar, nos dio cobijo para el bivak. Nos aproximábamos subiendo el río para encontrarnos con la confluencia con el Reñileuvú.
Este hermano de aguas nos brindaba en pocos metros excepcionales arco iris de unos 2 kilos. Las líneas que predominaban en rendimiento eran las de flote. Subimos en sus entrañas hasta el puesto el Moncol. Donde el viento nos dificultaba algunas presentaciones, pero los resultados por aquí, fueron sustancialmente superiores.
Este hermano de aguas nos brindaba en pocos metros excepcionales arco iris de unos 2 kilos. Las líneas que predominaban en rendimiento eran las de flote. Subimos en sus entrañas hasta el puesto el Moncol. Donde el viento nos dificultaba algunas presentaciones, pero los resultados por aquí, fueron sustancialmente superiores.
Sus anchas caderas, desprovistas de paisajes exuberantes, daban escenario ideal para un back cast. Sus aguas crecidas, mostraban su inmadurez y nuestra temprana incursión de pesca, pero... no le quitaban estructura. Grandes pozones, bellas correderas y un ritmo muy lento en toda su extensión ... hacían honor a su cualidad.
En el trayecto del Trocoman, que pescamos... decenas de marrones entre 600 gramos y tres kilos, tomaron nuestras Bichón Fly, Woolly Buggers Marrón y Montanas. También respondieron en las correderas las Prince Bead Head. También las percas y arco iris nos honraban en menor grado, pero con cualitativas luchas. END
Autor: Jorge Aguilar Rech.
Fuente: Sebastián Suarez.
Video: Remasterización de Siminnuca Chanel YT.
Fotografía: South Fly Fishing.
BROWN TROUT ARGENTINA.
Copyright 2.011.
2 comentarios:
Jorge: Soy un asiduo lector de lo tuyo. Siempre muy interesante tus notas para aprender mas. He pescado el Trocoman en alguna oportunidad, alojando en El Cholar, y hoy tengo una curiosidad, al hablar de las moscas usadas mencionas a la "Bichón Fly", de donde sacaste ese nombre?, no es la misma mosca chilena "Grey Fox Special"???. Estaré muy agrade- cido si me la puedes identificar.
Gracias Jorge, sigo leyendote. Muy bueno!.
Raúl San Martín.
Raul, gracias por seguirnos.
Debería existir una diferencia entre la Grey y la Bichón.
La Grey Special, un streamer creado por Roberto Gray, en su búsqueda de una imitación efectiva de las Pancoras (Aegla), posee un lomo de Chenylle verde oscuro, mientras que la Bichón Fly lo tiene de rafia. El Hackle de la Grey Fox Special es de
Saddle verde oliva o grizzly verde oliva, mientras que la Bichón Fly es marrón. La GFS, tiene en la cola flash mientras que la BF, no. Esta última a la vez tiene un ribete de hilo de cobre, mientras que la hermana chilena es opcional.
Ambas imitan al Aegla. Su origen e historia, lo desconozco.
Un gran abrazo
Jorge Aguilar Rech
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