Caminando por las plateadas ancas del río, solo... más solo que nuca. Respirando cada centímetro cubico de aire, pretendiendo aprender cada secreto. Escuchando cada susurro del viento que me cuenta historias de truchas... entro en un mantra... me conecto.
Esa umbilical alianza con el río me da respuestas de madre. Esas respuestas que busco desde niño. Y que solo ella, me las da. Me consuela....me comprende y me pone en eje. Ella me arrulla.
La claridad del pensamiento entonces se festeja con una trucha temblorosa en mi vara, con el brindis del vino sano y honesto, con los amigos. Hermanos que el río mismo, me dio.
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